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San Petersburgo

Guia experta en San Petersburgo

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COMPRAS

Somos mujeres y en nuestra vida privada seguimos el concepto de tres B, tratando de comprar lo Bueno, Bonito y Barato, aunque nunca olvidamos de que lo barato sale caro. Le podemos recomendar lugares donde la relación calidad/precio es muy razonable. En lo que se refiere a los recuerdos tradicionales, pieles y caviar somos muy expertas y estamos seguras de que Usted quede contento con nuestra recomendación.

SOUVENIR

Porcelana. El obsequio elegante es porcelana pintada a mano en la Fábrica Imperial de Porcelana, fundada en San Petersburgo en 1744. Hay varios outlets en el centro de la ciudad, asi como se puede ir a la tienda de la misma fábrica. 

Todas las piezas se fabrican siguiendo las técnicas tradicionales y con materiales ecológicos. El dibujo más famoso de la fábrica se llama la red de cobalto. También existen tazas y platos pintados con motivos rusos folclóricos y con imágenes de San Petersburgo, lo que puede servir como un recuerdo especial, refinado y muy bonito.

Pieles. El invierno con su frío y nieve es la época muy deseada por las mujeres en Rusia, porque es cuando ellas pueden poner sus pieles. Un abrigo de bizón en Rusia significa no solo la ropa adecuada para el frío, sino un "estátus social elevado". La gente sabe como secar, sepillar y guardar pieles sin naftalina, las ponen como la ropa cotidiana.

Huevos de Pascua. La fiesta más importante del calendario de la iglesia ortodoxa rusa es la Pascua. Se celebra con tres besos y el intercambio de huevos de Pascua. El huevo simboliza el círculo de la vida desde el nacimiento hasta la muerte. 

El ano 1884 marcó el inicio de una tradición imperial que perduró hasta los tiempos del último zar. Alejandro III decidió agasajar a su esposa, la zarina María, con una pieza en forma de huevo encargada a la casa del legendario joyero Carl Fabergé. El detalle agrado tanto a la zarina, que se acordó fabricarle uno cada año y ofrecerselo con motivo de la Pascua. Por disposición del zar, el regalo siempre debería tener la forma de huevo y albergar en su interior una sorpresa.

En 1885 Fabergé fue nombrado proveedor oficial de la corte imperial rusa. El joyero y su equipo de orfebres y artesanos diseñaron y confeccionaron huevos de Pascua durante once años más para Alejandro III y su hijo y sucesor Nicolás II. Estos proyectos se convirtieron en prioridad absoluta del joyero y fueron planeados y trabajados con un año o más de antelación: la sorpresa que contenía el huevo se mantenía siempre en secreto.

Alejandro III y su esposa

 

 Las obras de arte del museo Ermitage sirvieron a Fabregé de inspiración para muchos de sus diseños. Había huevos creados para conmemorar acontecimientos tales como la coronación del zar Nicolás II, la inauguración del ferrocril Transiberiano, así como para celebrar aniversarios importantes. Otros huevos guardaban en su interior el yate imperial Standart, la catedral Uspenskiy, el palacio de Gatchina. 

Sin embargo, la colección imperial de huevos de Pascua encargada por los dos últimos zares rusos es la más famosa.

Entre los materiales usados por Fabergé figuran  metales como el  oro, platino, plata,  cobre, níquel, paladio, acero que fueron combinados en distintas proporciones con el fin de conseguir diferentes colores para la "cáscara" del huevo.

Otra técnica usada por Fabergé fue la conocida como  un tratamiento de grabado superficial sobre metal, que consistía en hacer ondas, estrías o cualquier otro dibujo de un modo repetitivo y simétrico;  se podía hacerlo a máquina o a mano.

Fabergé se mostaba orgulloso de que todas las materias primas que se empleaban en su taller provenían de distintas partes de Rusia. Muchos huevos incluían minerales como el jaspe, la malaquita, la rodonita, el cristal de roca, el ágata, la aventurina, el lapislázuli y el jade (nefrita sobre todo, aunque usaba a veces la jadeíta). El huevo de 1917, destinado a la zarina María Fiódorovna estaba realizado en madera de abedul de Karelia.

Las piedras preciosas incluyendo diamantes, záfiros, rubíes y esmeraldas fueron utilizadas para la decoración de los huevos y/o la sorpresa que contenían. También se empleó piedras semipreciosas como las piedras de luna, granates, olivinos etc.

La fuente primaria de inspiración de Fabergé venía de los trabajos de siglos anteriores. El esmalte translúcido era una técnica muy valorada en el siglo XIX, que requería de varias capas de esmalte que se secaba en un horno después de aplicar cada capa. Sin embargo, durante el siglo XIX se disponía solamente de una limitada gama de colores, de modo que Fabergé experimentó y pronto aumentó su paleta de colores hasta lograr más de 140 tonalidades diferentes. El más apreciado fue el esmalte de ostra, el cual variaba de color dependiendo de la luz.

La Casa Fabergé fabricó también objetos decorativos, accesorios para escritorio y otras joyas.

En la actualidad en San Petersburgo continuan haciéndose huevos, así como otros artículos, copiados o inspirados en los diseños de la Casa Fabergé, ya sea como objetos decorativos, o como complementos: zarcillos, colgantes, gemelos etc.

Ambar

El primer lugar que se tiene registrado como fuente original del ámbar es la región del Báltico. El ámbar del Mar Báltico es uno de los más antiguos y los más apreciados en el mundo.

En la Antigüedad se pensaba que el ámbar poseía propiedades místicas o mágicas, siendo utilizado por muchas culturas como un talismán o remedio medicinal.

Los colores del ámbar son ocho: amarillo (el más común), naranja (cognac), rojo (cherry), blanco, café (cajeta), verde azuloso y "negro" o musgo (tonos obscuros de otros colores) que son menos frecuentes que el amarillo. De estos colores se desprende una amplia gama de tonalidades.

   

En muchas ocasiones la resina al escurrir sobre la corteza de troncos y ramas llegó a atrapar burbujas de aire, gotas de agua, partículas de polvo o pequeños seres vivos como plantas, insectos, gusanos y otro tipo de animales. Estas inclusiones agregan no sólo belleza a una pieza de ámbar sino una gran cantidad de información de suma importancia para científicos.

Desafortunadamente existe un comercio ambulante de falsificaciones de ámbar que pueden ser de vidrio o variantes de plástico. Básicamente son vendedores ambulantes los que defraudan al público con falsificaciones. Generalmente todas las tiendas establecidas venden ámbar auténtico.

No es sencillo realizar las pruebas para verificar la autenticidad de la pieza que nos ofrecen como ámbar, sin embargo, mencionaremos información que nos permita identificar al verdadero del falso.

El ámbar sí se quema, al igual que el plástico, la diferencia es el olor, el del ámbar es parecido al del incienso. El ámbar pesa menos que cualquier variante del plástico. Cuando la pieza este sin ningún engarce, se puede poner en un vaso de agua que tenga disuelta una poca de sal y éste flotará, mientras que el plástico se seguirá undiendo; Otra prueba es observar la pieza con luz ultravioleta (luz negra) y si es verdadero, cambiara su color y hará reflejos fluorecentes que ni el vidrio, ni los plásticos pueden hacer.

Por lo tanto, la recomendación es que adquiera el ámbar en comercios establecidos y que desconfíe de los vendedores ambulantes, que por temor a ser descubiertos caminan de un lado a otro.

¿Qué más?

Un gran surtido de joyas con ámbar natural del Báltico y con piedras semipreciosas de Los Urales, huevos y colgantes del estilo Fabergé, pashminas de cachemira (Siberia) y chales de lana, porcelana (Gzhel), matrioshkas, cajitas lacadas de papel maché y mucho más...

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